No puedo curarte.

¿Que hacen dos personas rotas, construyéndose una a la otra, sino es que terminan destruyéndose entre sí?.

No cabe en la referencia de la “coherencia” que las piezas rotas se unan y sean una sola pieza sin grietas, jamás he visto que un papel arrugado regrese a su forma natural sin arrugas, y que al escribir en ella se entienda claramente las palabras, sin tratar de estirar la pagina.

En algún momento siempre consideré que junto a mi solo podía estar una persona fracturada, dañada, fracasada en el amor, como yo misma me veía frente al espejo, llenar estas ausencias ha salido tan caro como el motivo de las mismas.

Necesitaba amor, comprensión, apoyo, cariño “atención”, sin importar de donde viniesen, hoy entiendo que no merezco amores a medias ni personas rotas, sino amores puros y personas soñadoras y sensibles como yo.

A diario intento ver cómo brillan mis pequeñas heridas, para sentirme merecedora de dicha gloria, pero cuando miro hacia atrás y veo la persona con la que he compartido trozos de mi vida y fue ahí donde vivi emociones fuertes, frustrantes, bonitas, más malas que buenas, pero con sello de tinta indeleble.

Entiendo que eran similares a la percepción que siempre tenía, por eso me frustraba en que no tenía la suficiente “atención” que quería, por que también la otra persona quería lo mismo, partiéndome el alma por demostrar que soy merecedora para que me quieran, dando atención y mostrando interés, cuando “atencion” es lo que mas pido en mi vida.

Y ¿para que tanto esfuerzo en ser la que da todo?, para que la otra persona no caiga en el fantasma del pasado que siempre acecha a cada alma rota. Así que creo firmemente y con convicción que no quiero otra persona rota como yo, por que me seguiré descosiendo de mis heridas un poco suturadas.

Aunque haya mostrado apego y afecto fácilmente a quien da una señal de confianza, y nos sentimos cómodos, por que son dos almas encontradas en la misma condición, de pura empatía, en una unión casi instantánea, pero efímera, de alas caídas, buscando refugio cada uno su guarida.

Ambos rotos, y uno más que otro, cargando el fantasma que no desaparece, severos impactos al alma, al corazón, al espíritu, la cordura y la razón, quebrados de la misma forma que los huesos. Se lo que soy, una mujer con miles de virtudes e infinitos defectos, pero que debe de ser respetada y tratada con guantes de seda como el resto, pero no quiero un roto, ya tengo suficiente con mis heridas.

Comentarios